MANIFIESTO 25 DE NOVIEMBRE

25 de noviembre, DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES

Manifiesto conjunto CONSEJO MUCIPAL DE LAS MUJERES

“CORTAR A TIEMPO”

En conmemoración del 25 de Noviembre, Día internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres, el Consejo Municipal y Provincial de la mujer, se unen para manifestar la denuncia y repulsa contra todo tipo de violencia machista.

Una violencia que continúa ejerciéndose en todo el mundo, y que es la manifestación brutal de la discriminación entre mujeres y hombres, junto con la violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales.

El objetivo del manifiesto es el de “mostrar tolerancia cero a la violencia de género y a todo tipo de violencia”. La violencia hacia las mujeres, en sus diferentes formas, es uno de los problemas más graves a los que nos enfrentamos actualmente. Explotación, maltrato familiar, abusos sexuales, acoso sexual, mutilación genital, tráfico de mujeres y niñas. Son manifestaciones contra la libertad de las mujeres y, en consecuencia, una grave e intolerante violación de los derechos humanos. La sociedad no puede, ni debe tolerar este insoportable goteo de asesinadas, maltratadas y víctimas, directas e indirectas, por lo que debemos exigirnos todo nuestro esfuerzo para erradicarlo.

Este año queremos dirigir nuestro manifiesto a los y las adolescentes y jóvenes de Palencia, porque la violencia de género es un gravísimo problema social y sanitario, que cada vez se produce a edades más tempranas.

Las estadísticas muestran que cada vez más las mujeres jóvenes están siendo víctimas de violencia de género. De modo que casi el 40 % de las mujeres con órdenes de protección tienen menos de 30 años y casi el 30% de las agresores son también menores de 30 años.

En la adolescencia los sentimientos son más intensos y se idealiza el amor romántico que se transmite en la música, revistas juveniles o series de televisión. Ello hace que sea una etapa proclive a tolerar determinadas relaciones abusivas como los celos, el control, las imposiciones etc., llegando a aceptar como normales, comportamientos de dominio por parte de sus parejas, y justificándolo equivocadamente como muestras de afecto que suelen ser humillaciones, maltrato psicológico, e incluso agresiones físicas.

La cultura y la tradición han sido potentes transmisores de una forma de relacionarse entre mujeres y hombres basada en la pasividad de las primeras y la agresividad de los segundos. En ese mito se han entrelazado historias de final feliz con justificaciones de la violencia contra las mujeres: “quien bien te quiere te hará llorar”, “el amor es ciego”…

El maltrato encubierto es aceptado socialmente en forma de chistes, comentarios y actitudes machistas. Esta violencia hacia las mujeres es la expresión de un orden social de desigualdad, que asigna roles diferentes a las personas en función del sexo y que subordina y/o invisibiliza lo femenino frente a lo masculino.

No podemos ignorar que aún quedan mensajes patentes y soterrados en las familias, en la educación, en los medios de comunicación y en la publicidad que siguen transmitiendo una imagen de la mujer que denigra profundamente su papel y su situación en la sociedad. Esta imagen, cala en personas jóvenes que están formando su personalidad, lo que conlleva a que la edad de maltratadores y víctimas sea cada vez menor.

En los centros educativos se invisibilizan lo que se definen como situaciones de violencia de “baja intensidad” que llevan a normalizar situaciones que se aceptan como propias de la infancia o la juventud, y que sin embargo pueden terminar estableciendo patrones de conducta basadas en el poder machista y en la discriminación y violencia hacia las mujeres.

PARA QUE NUNCA MÁS UNA MUJER SEA VÍCTIMA DE VIOLENCIA, TODA LA SOCIEDAD DEBE INVOLUCRARSE… POR ELLO BUSCAMOS:

1-Contribuir a la toma de conciencia de la ciudadanía en general y de las familias y profesorado en particular del fenómeno de la violencia de género entre jóvenes, así como hacer visible la desigualdad entre varones y mujeres en ésta etapa.

2- Prevenir la violencia de género integrando la igualdad en los contenidos curriculares.

3- Garantizar la formación inicial y permanente del profesorado para poder desarrollar esta tarea vital. Para lo que instamos a los poderes públicos que doten de los recursos económicos necesarios para tal fin.

4- Integrar a las familias en el proceso educativo que facilite la erradicación de la violencia de género.

Los jóvenes debemos ser agentes de cambio en la lucha contra el patriarcado establecido, por lo que pedimos la colaboración de todos los agentes sociales, a través de la transmisión de valores y la educación no formal en igualdad.