“Un muchacho entró detrás de mí y abrió la puerta. Me amordazó con la mano y yo hice lo que quiso […] Me pegó. Me dio puñetazos. No acudí a la policía porque no conozco al muchacho, no serviría de nada. Estoy realmente triste todo el tiempo […] Tengo miedo de que vuelva a ocurrir”
Machou (nombre ficticio) es una chica de 14 años fue violada en marzo de 2010 en un campamento improvisado al suroeste de Puerto Príncipe.
El 12 de enero de 2010 un terremoto sacudió Haití causando la muerte de 230.000 personas y arrebatando los hogares de más de 2 millones de personas. Después del seísmo, quienes vieron sus casas convertirse en escombros levantaron campamentos improvisados. Un año después más de un millón de personas continúan viviendo en estos campamentos.
La fragilidad de estas estructuras y el caos sobre el cual están organizados los han convertido en una trampa para las mujeres y las niñas que viven en ellos, dejándolas más expuestas a la violencia sexual y de género. En los primeros 150 días tras el terremoto se denunciaron más de 250 casos de violación en varios campamentos, y se cree que ésta cifra es sólo una pequeña muestra de la realidad, ya que muchas víctimas tienen miedo a denunciar o creen que el hecho de denunciar no va a conllevar ningún cambio en su situación.
En los campamentos, las mujeres y niñas deben aprender a vivir con la constante amenaza de la violencia sexual. En cualquier lugar del campamento pueden ser asaltadas por bandas o individuos armados que van a abusar de ellas. La ausencia de vigilancia policial en los campamentos es un factor clave en el aumento de estos asaltos. Además, la destrucción de comisarias y juzgados hace todavía más difícil denunciar e investigar casos de violencia sexual, transmitiendo un mensaje de impunidad a los agresores que saben que no se les va a pedir responsabilidades por sus acciones.
Esta situación no puede continuar. La protección de las mujeres y las niñas en los campos de desplazados en Haití debe ser una prioridad tanto para el gobierno de Haití como para la comunidad internacional involucrada en esta reconstrucción. Escribe al gobierno español para que haga de la violencia contra las mujeres una prioridad en su colaboración en la reconstrucción de Haití.
¡Actúa!
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