Celia Amorós: “La globalización neoliberal ha sido nefasta para las mujeres”
Enviado por Mª Ángeles Fernández el 22 Febrero
La filósofa Celia Amorós habla con contudencia cuando se le pide que analice la globalización desde el punto de vista de las mujeres. Una sola frase resume la breve conversación que Pikara Magazine mantuvo con la feminista: “La globalización neoliberal ha sido nefasta para las mujeres”, sentencia.
Pero, ¿quizás también se puede extraer una lectura positiva, valorando por ejemplo que facilita la conexión entre movimientos sociales o las oportunidades que abren las nuevas tecnologías? Duda. “Las tecnologías de la información han promocionado a algunas mujeres, no a todas. Pero, en conjunto, yo creo que la globalización no ha sido favorable para las mujeres”, insiste.
“El trabajo de los varones se ha feminizado”, siendo más flexible y con menos derechos. Por ello, Amorós apuesta por las alianzas intergenéricas
El pasado mes de enero, Amorós impartió una ponencia en Bilbao bajo el título ‘La agenda feminista de la globalización’, dentro de las jornadas ‘Construir un orden global humanitario desde el desarrollo humano’, organizadas por la Universidad del País Vasco y el instituto sobre desarrollo y cooperación Hegoa. Pero, en realidad, su charla fue un repaso a todos los aspectos negativos que el fenómeno de mundialización ha provocado en la vida de la mitad de la humanidad. No dejó lugar para el optimismo.
La crisis económica actual, traducida en el Estado español en la pérdida masiva de puestos de trabajo, fue el punto inicial de la ponencia. Además del paro, otra consecuencia es la precarización de los empleos: “El trabajador es como un servidor. Se ha trasladado la economía del trabajo doméstico fuera del hogar; es decir, se han feminizado los puestos de trabajo de los varones”. Esto se traduce en unas jornadas laborales flexibles, sin horarios y sin derechos, signos que hasta ahora describían el trabajo de las mujeres en los hogares.
Habla del derecho a cuidar y ser cuidada sin que suponga subordinación para las mujeres
Con este panorama, Amorós apuesta, como ya hiciera Donna Haraway, por las alianzas intergenéricas. “Serían deseables”, afirma. A pesar de la importancia de este ambicioso pacto, el trabajo de la mujer sigue estando canalizado por su situación en la familia. Al respecto, la filósofa habla de “pinza patriarcal”. “Vamos al mercado de trabajo a la pata coja porque es un trabajo compensatorio y subsidiario”.
Otro de los temas al que dedicó gran parte de su disertación fue el de los cuidados. Profundizó en la cadena de cuidados entre mujeres que se genera con la inmigración de madres, otro de los fenómenos de la globalización. “Una mujer emigra para cuidar a los dependientes de los países desarrollados, mientras que en su país de origen otra mujer cuidará a sus hijos. Entonces se produce una cadena de familias transnacionales”, una nueva modalidad cuyo futuro preocupa a Amorós como consecuencia de la crisis. Y habla también de “cuidadanía”, como una un derecho a cuidar y ser cuidada, sin que esto signifique subordinación para las mujeres. “La cuidadanía tiene que ser de todos los ciudadanos”.
Por otro lado, recordó que las mujeres fueron las víctimas preferidas de las hipotecas basura (cuyo descontrol se considera como el detonante que inició la crisis financiera internacional). “En Estados Unidos afectó sobre todo a las ancianas y las afroamericanas, porque son las que menos entienden los galimatías de las letras pequeñas de los bancos”, comentó la teórica del feminismo ante una numerosa audiencia.
“Apuesto porque se vuelvan a rearmar movimientos antiglobalización en los que las mujeres tengan su lugar transversal”
Siguiente tema: la globalización (neoliberal) también se ha traducido en muchos casos en un adelgazamiento del Estado del bienestar, lo que ha provocado, según la filósofa, un aumento del trabajo no remunerado y la reducción de los gastos en salud y educación. “Las primeras que han dejando de escolarizarse son las mujeres”.
En su repaso, mencionó el “impuesto reproductivo”: es decir, el ahorro en gastos de salud que supone que las mujeres se encarguen de cuidar a las criaturas y a las personas mayores de forma no remunerada. Se refirió también a la violencia contra las mujeres y, en especial, a los casos de feminicidio.
Un panorama desalentador. Pero en estos momentos considerados de cambio, ¿qué espacio pueden ocupar las mujeres para que todo lo relatado hasta aquí vire?, pregunta Pikara Magazine a Celia Amorós, tras su intervención de aproximadamente media hora. “Yo veo la cosa muy difícil. Hago votos para que surjan voces críticas contra esta situación y se vuelvan a rearmar movimientos antiglobalización en los que las mujeres tengan su lugar transversal. Me encantaría poder hacer un diagnóstico, pero no puedo hacer más que un voto, una apuesta”.
Insistimos. “Las mujeres pueden tomar más espacios de poder y repotenciar la economía real y pueden luchar contra la perversión del sistema”, es lo máximo que logramos arrancar. Entonces, ¿cómo podemos interpretar en este contexto que cada vez más mujeres tengan puestos de responsabilidad política? “Es un cambio real de empoderamiento de las mujeres: se lleva luchando por la paridad muchos años, se ha hecho lobby. Esto no ha salido de la nada; es un trabajo duro, perseverante, un trabajo que han hecho las mujeres en los partidos y que tiene toda una ética detrás”. La conversación, breve, no da para más.
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