“NUESTROS
CUERPOS, NUESTRAS VIDAS”
Hoy 25 de noviembre, un año
más nos reunimos para recordar que una de cada tres mujeres en el planeta va a
ser golpeada o violada en su vida. Eso significa “UN BILLÓN” de mujeres maltratadas, violadas, humilladas,
vejadas. UN BILLÓN de hijas, madres, abuelas, hermanas, amantes, amigas. Queremos, con nuestra voz, llamar la atención sobre los ¡mil millones de
mujeres! que conviven con la violencia cada día.
En España en lo que llevamos
de año, son 58 las mujeres asesinadas por la intolerancia machista.
La violencia de género manifiesta el deseo de
dominación de aquellos hombres que pretenden perdurar en una posición social
privilegiada, aunque ello implique este flagrante atentado contra los derechos
humanos de las mujeres. Pero la Violencia de Género no es un hecho anecdótico o
casual. Su causa es la desigualdad social entre hombres y mujeres y la cultura
misógina que la legitima.
Esta violencia, en todas sus manifestaciones y
grados, es el fruto y el síntoma de una cultura de dominio hegemónica y
androcéntrica que perpetúa la desigualdad entre los sexos en nuestras
democráticas sociedades, sociedades que por definición aspiran a erradicar todo
tipo de discriminación social. Por eso hoy decimos, ¡más
que nunca! que las mujeres somos las únicas dueñas de nuestros cuerpos y nuestras
vidas, que somos libres para elegir nuestro destino.
Hace ya más de
un siglo que la lucha del feminismo se extendió por todas las sociedades occidentales:
la lucha por la libertad sexual y reproductiva, la lucha por la igualdad de
condiciones y de oportunidades, por los derechos y las libertades de las
mujeres. Esta lucha logró la equiparación formal de los derechos y las
libertades de las mujeres. Pero hoy de nuevo, la crisis y el oportunismo
político atentan con minar nuestros derechos una vez más.
Ahora, el señor
Gallardón afirma en público que la vigente ley del aborto, fruto de la lucha de
las asociaciones de mujeres y de los cambios sociales promovidos hacia la
igualdad, es violencia contra las mismas mujeres.
El estado arremete
contra la ley de salud reproductiva y sexual, argumentando que uno de los
supuestos del aborto, el de malformación fetal, no se tenga en cuenta, mientras
que se recortan, cuando no desaparecen, las subvenciones por dependencia y se
envía a las madres, hermanas, hijas y mujeres en general a casa.
Sus palabras sí
que son violencia señor Gallardón; violencia estructural que limita la
autonomía de las mujeres y atenta contra su salud reproductiva y sexual.
Hoy, 25 de noviembre, día en
que recordamos a las víctimas del terrorismo machista, queremos alzar bien alto la
palabra para gritar que nosotras, las mujeres: somos las dueñas de nuestros cuerpos y nuestras vidas. Nosotras
que ¡¡tenemos la fuerza de la vida!!: somos las hacedoras de la energía que
mueve el mundo. Y no vamos a dejar que nadie nos arrebate nuestra libertad.
Se acabaron las políticas de
concesión de migajas, se acabó el concedernos derechos que son nuestros y nadie
nos regala, ¡no queremos ser tuteladas!
Los recortes en
políticas sociales están afectando al empleo femenino (base de la autonomía
personal) y presionan para que seamos de nuevo las responsables del cuidado de
menores y personas dependientes o enfermas. Cada vez que el Estado recorta
servicios –educativos, sanitarios, sociales- de cuidado de las personas,
cientos de miles de mujeres ven incrementada su carga de cuidados en las
familias. Se impone así una doble o triple jornada que impide la participación
en el espacio público en condiciones de igualdad. Esto también es violencia de
género.
No nos vamos a dejar
seducir con las soflamas del patriarcado que siempre nos recuerda que existimos
para ser cuidadoras de los demás, para nutrir a la
sociedad sin reconocimiento alguno. En definitiva, para estar en segundo plano. Ahora vamos a
transgredir el modelo, y lo vamos a hacer sustentadas en una nueva escala de
valores: la autonomía personal, el reconocimiento, la reciprocidad, el empoderamiento de las
mujeres y la cooperación entre géneros. Vamos a ser dueñas nuestro tiempo, de
nuestro espacio y de nuestros cuerpos. Vamos a ser dueñas de nuestras vidas.
En los
presupuestos del próximo año 2013, las políticas de igualdad se han recortado
en un 24% respecto a 2012, casi el triple de la media de los ministerios
(8,9%), y la lucha contra la violencia de género el 7%, sin contar el IPC del
3,4%. Si se compara con 2011, el recorte es del 39 y 27%. Son el 0,017% de los
PGE. No es difícil reconocer que las políticas protagonizadas
por Gobiernos autonómicos y locales del PP están afectando negativamente a las
mujeres y a la igualdad, haciendo más difícil aún la lucha contra la violencia
de género. De hecho, varias Comunidades han eliminado
la detección sanitaria de la violencia de género.
El cobro de las
tasa judiciales es la última “gallardonada”; mientras el Consejo General del
Poder Judicial, alerta de que si la justicia es más cara, las víctimas de
violencia de género renunciaran “aun más” a seguir adelante con el proceso
judicial contra su agresor.
El observatorio contra la
violencia de género asegura que tras varios periodos de ligero descenso, la
proporción entre denuncias por violencia machista
presentadas y número de renuncias ha pasado de 11,54% en 2011 a 13,11% en junio de
2012. Una realidad que puede estar relacionada con la situación económica. “La
elevada vulnerabilidad de las víctimas de violencia de género se ve acentuada
por la crisis”. El miedo de las mujeres, los chantajes a los que son sometidas
por los agresores, las presiones familiares unida a la
difícil situación económica, provoca que las víctimas se encuentren en una
situación más frágil.
El repunte
más vergonzoso es ese aumento de un 23,7% de violencia de género, respecto al
año 2007; entre los menores de entre 14 y 17 años; como indica Inmaculada
Moltanban. ¡Algo está pasando! El capitalismo teje sutilmente sus formas de control hacia las mujeres desde la adolescencia.
No podemos ni debemos consentirlo. No podemos ni debemos permitir que se
abandone a su suerte a cientos de miles de mujeres, ni a sus familiares que
todavía sufren esta violencia criminal. No vamos a dejar que nos quiten todo lo
que, como ciudadanas, hemos conseguido en estos años.
En esta nueva doctrina del
shock, en que parece que todo se queda en suspenso, no queremos olvidarnos de
recordar que las mujeres sufren la expropiación de su cuerpo a través de la
prostitución y que son instrumentalizadas en la trata con fines de explotación
sexual: otra lacra social dispuesta para el placer de
los hombres que padecen las mujeres. Pues son ellos los que hacen uso
diario de este modelo de prácticas sexuales basadas en la dominación. Queremos
seguir recordando que somos dueñas de nuestro cuerpo y que el uso económico y
mercantil que hacen los hombres es una forma de violencia extrema, mundial y
silenciada. No deja de ser el tercer negocio más lucrativo del planeta.
Hoy, 25 de noviembre, día
internacional contra la VIOLENCIA MACHISTA: lo que está sucediendo tras el
telón de fondo de la crisis es un atentado violento, silencioso y enmascarado
contra las mujeres; somos las mujeres quienes vamos a pagar el desmantelamiento
sistemático del supuesto bienestar social. Somos las mujeres quienes estamos
perdiendo nuestros derechos civiles. Otra vez la vida de las mujeres está en
peligro, porque el patriarcado nos cierra las alternativas frente a esta debacle capitalista
neoliberal y devoradora en la que nos encontramos.
Por eso hoy alzamos las
manos dolientes, pero libres. Manos rojas, ensangrentadas, pero creativas. Hoy
queremos reivindicar nuestras vidas, nuestros cuerpos y reflexionar juntas: las
mujeres solo tenemos un problema y éste se llama patriarcado.
Hoy,
25 de noviembre de 2012, día contra la violencia de género, queremos
reivindicar:
- La propiedad en exclusiva
de nuestros cuerpos y nuestras vidas: tenemos derecho
a tomar nuestras decisiones sin miedo y en libertad.
- Un modelo nuevo: el del
empoderamiento de las mujeres; del reconocimiento de nuestra dignidad, de
nuestros derechos y nuestra libertad
- Queremos también que los
hombres dejen de tener miedo a la posibilidad del la alternancia femenina en
los órganos de decisión. La paridad política es el
primer paso hacia la equidad social.
- Queremos
una alternativa para el siglo XXI: un cambio de modelo histórico en el
que la masculinidad no esté basada en la dominación y subordinación de las
mujeres.
-
Pedimos, con carácter de urgencia, que los cuidados se eleven a la categoría de
universales. Que los gobiernos sean capaces de cuidar de la ciudadanía, del
planeta en el que vivimos, de los recursos que nos sustentan. Para que las
mujeres tengan tiempo de cuidarse a sí mismas, de buscar el autodesarrollo. Exigimos
que el concepto de “cuidados” se contemple no solo como trabajo no remunerado
sino que abarque, también, a los servicios públicos y sociales.
- Sobre todo, pedimos, que
los gobiernos no desahucien las políticas contra la violencia de género,
quitándoles sus presupuestos económicos con la excusa de la crisis. Dejando a
las mujeres víctimas de violencia machista desprotegidas y a merced de sus
verdugos.
- Exigimos que los sistemas
educativo y sanitario eduquen y cuiden de nuestra juventud, inculcándoles a
ellas el conocimiento de su propio cuerpo y la libertad de su uso y a ellos la
responsabilidad en la sexualidad compartida.
- Por último hoy más que nunca necesitamos una
revolución, pues bien esa revolución será feminista o no será revolución. Como
decía Concepción Arenal “Las cosas son imposibles mientras lo
parecen”
¡Mujeres
palentinas recordad que sois dueñas de vuestros cuerpos y de vuestras vidas!
¡¡Mujeres
palentinas, viva la libertad de pensamiento!!
¡¡Mujeres
por la vida, viva la revolución feminista!!
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