Me llamo Ana Crónica, pero todo el mundo me conoce
como “la gorda”.
Soy hija del patriarcado y de Indalecio López
Castillo. Nací en 1998, tengo ahora 16 años pero por mi aspecto podrían ser
siglos incluso milenios.
Siendo mi creador preguntado por mí y por mis
formas, contesto rendir homenaje a la valentía de las mujeres palentinas que allá
por el siglo XIV se enfrentaron al ejército
del Duque de Lancaster.
Pero: ¿Qué batalla
puedo yo librar si me imaginaste quieta, recostada y con los brazos
cruzados?
Si existe una imaginería asociada a lo femenino
que siga perpetuando esa arcaica hermandad entre mujer y madre naturaleza, Yo respondo a ella. Cabeza
pequeña, cuerpo desprovisto de
proporción, solo porción, la gran porción de vientre, caderas y pechos.
¿No eran y siguen siendo estas formas el símbolo
de la asunción de un rol pasivo, asentado y determinado por mi biología?
Sentenciada al destino de engendrar, despojada de la idea de crear, adscrita al
Concepto de lo Natural, ley inmutable, que me coloca en un pedestal “cual
virgen”, si soy o seré madre o abriendo las puertas del concepto de deseo y
placer que otros inventaron para mi.
Es mi cuerpo
el lugar donde se fijan los valores que se asocian a mi género, para
regular y controlar mi comportamiento, mi función y el espacio que he de
ocupar.
¡!!!!No cese la acción, ni la denuncia en este hoy
8 de marzo!!!!!
Louise Otto- Meter feminista alemana finisecular
sentencio: “La historia de todos los tiempos y la de hoy especialmente, nos
enseña que las mujeres serán olvidadas, si ellas se olvidan de pensar sobre si
mismas”
Mientras siga siendo yo la simpática escultura que
representa a la mujer, renunciando a
hablar de las demás, de todas y de todas las formas posibles que existen de
ser. Seguirá siendo imprescindible
recordar que LO PERSONAL SIGUE SIENDO POLITICO.
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