Tratad de
haceros merecedoras de las hermanas que os precedieron, aprended de vuestra
historia, buscad la inspiración en vuestras antecesoras (Sangre, Pan y Poesía. Adrianne Rich).
Durante el corto periodo
republicano de 1931-1936 se implantaron innovaciones educativas a las que no
fueron ajenas las maestras. Muchas de las actuales propuestas didácticas fueron
llevadas a las aulas por un grupo entusiasta de maestras: la metodología de María Montessori, los centros de interés de
Decroly, las técnicas de la Freinet y el trabajo por proyectos,
entre otras. Sin olvidar su defensa de la coeducación. Pero su condición de
mujeres y maestras las ha condenado al olvido.
Para recuperar su legado es
necesario resituar su papel en el marco social y cultural en el que se
movieron, analizando las resistencias y barreras a las que tuvieron que
enfrentarse. Muchas maestras van a pertenecer a las numerosas asociaciones femeninas que surgen
con motivo de las reivindicaciones por el derecho al voto y los derechos de las
mujeres.
En las zonas rurales como las de
Castilla y León tuvieron que luchar en
contra de los prejuicios anclados en la tradición más conservadora, apoyada por
el poder religioso que no podía ver con buenos ojos la independencia de las
mujeres. No es casualidad que muchas de ellas fueron acusadas de vida
licenciosa y separadas de la docencia por las comisiones depuradoras
provinciales después de la sublevación militar.
Recordar su nombres, como señala
Adrianne Rich, es un ejercicio de memoria y justicia, por lo que destacamos las actividades de carácter educativo y
social llevadas a cabo por las maestras
palentinas Sofía Polo Jiménez, Ubaldina García Díaz, Isabel Esteban Nieto y la
joven maestra, pero no menos comprometida, Consuelo Rodríguez Baranda. Todas
ellas fueron asesinadas por el delito de trabajar por una escuela laica,
coeducativa y solidaria.
Especial recuerdo merecen también
las maestras alcaldesas de la provincia de Palencia, como Fructuosa Tarrero
Polo, alcaldesa de Villalaco, y Pilar López Leñero de Herrera de Pisuerga, entrevistadas
en la revista Estampa de 1933 y consideradas
como ejemplo de compromiso ciudadano. Ambas, serán también sancionadas y
apartadas de la docencia. Pilar López Leñero comenta en la entrevista:
Como maestra
nacional antepongo todos mis ideales y proyectos al mejoramiento de las
escuelas. Si en mi mano estuviera, crearía graduadas con edificios amplios,
donde la luz y el aire fueran el mejor tónico para los niños; con nutrida
biblioteca, cuartos de baño, gimnasio, cine, radio,… Escuelas que existen en Alemania, y Suiza. […] Pero
como no hay fondos para tanto, ello
tengo que conformarme con mejorar las condiciones de los edificios (nº 269,
p. 12).
Y aunque las maestras fueron represaliadas
en menor número que los maestros, las conductas docentes se juzgaron de manera diferente.
Las actividades políticas de las maestras se contemplaron con mayor rigor que
las de los maestros, a la vez que eran responsabilizadas por las llevadas a
cabo por ellos (padres, hermanos, parejas,…). Pesaron también más en ellas las
acusaciones de irreligiosidad así como las relacionadas con la vida privada.
Se trataba en definitiva de
eliminar un modelo de mujeres independientes, cultas, defensoras de sus
derechos y de la coeducación como el que representaba la maestra Benita Asas, presidenta
de la Asociación Nacional de Mujeres
Españolas. En 1931 envía un informe a
las Cortes a favor del voto donde señala: “Las mujeres de España hemos llegado
a la mayoría de edad sicológica. Somos conscientes. Repudiamos las
intromisiones en nuestras conciencias. No vivimos de pensamientos prestados.
Nos poseemos a nosotras mismas”. Ella también fue represaliada.
Enlace:
www.educandoenigualdad.com/spip.php?article246
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